El último en ser arrestado sería yo.
El personaje se llamaba "Vengo", un hombre de mediana edad.
Yo improvisaba que cuando se ponía nervioso le temblaba mucho el labio de abajo o hacía un movimiento extraño con la nariz. Entonces iba ensayando esas morisquetas por los rincones antes de salir a escena, ensayaba junto con otros personajes, moviendo los rasgos faciales.
Cada persona a la que justo le tocaba estar a mi lado y verme se ponía a reír, no aguantaba la risa.
En determinado momento, aparezco en el sueño con la cara de ese hombre pintada de verde, pero de manera automática, ni yo ni nadie me había maquillado. Quedé así de repente.
Ya tenía pensado improvisar que cuando el policía fuera a detenerme, lo distraería con algo; cuando él se diera vuelta le sacaría el arma y lo embocaría en un barril lleno de agua.
Nunca pude interpretar esa parte en el escenario, me desperté antes.
Pero lo que sí recuerdo es que quedó resonando el eco de una voz llamando aquel nombre: "Vengoooooo, Vengoooooo..."
Odio cuando pasa eso...despertarse antes de que termine el sueño...
ResponderEliminarSí, es cierto que uno se frustra un poco, Este. Una vez soñé que iba a llevarme a la boca un trocito de asado y me desperté en ese momento. Tal vez pasó eso porque a la mente se le hace difícil recrear en sueños el sabor, parece que el sentido del gusto estuviese bloqueado mientras dormimos. Según un especialista, en los sueños no hay gusto ni olfato, sólo movimiento. Uno de los tantos misterios...
ResponderEliminarEs verdad....pero ¿con qué sueñan los ciegos entonces?
ResponderEliminarINTERESANTE TU RAZONAMIENTO. EXPONDRÉ ESE TEMA EN UNA ENTRADA NUEVA.
ResponderEliminarUN ABRAZO, ESTE.