domingo, 9 de octubre de 2011

Pesadillas escritas

 A menudo me ocurre que convierto mis pesadillas en relatos. Es una de las experiencias literarias más complejas y difíciles, pero también de las más gratificantes. Es una forma de exorcismo: en la pesadilla hay una serie de símbolos y una moral, se trata de desvelarlos. Ya los escritores románticos alemanes habían descubierto que los sueños son una clase de escritura, la escritura del inconsciente.
En este libro hay un relato, 'Tsunami', que surgió de una pesadilla repetitiva, pocos días antes del atroz maremoto que destruyó ciudades enteras. He dejado de soñar con él, prueba del exorcismo que provoca la escritura.



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