Vaporosos, inabarcables,
las Tierras del Sueño yacen en despojos de Luz,
vacías como cáscaras de aire.
¡De mis fantasías se me permite
elegir un sueño y guiar su vuelo!
Conozco bien (y te conozco, doncella)
lo que tus sueños deben decirte esta noche.
[...]
Allí residen todas las fantasías de los poetas:
Las damas élficas bailan entre alados valles,
ahogados en ráfagas lastimeras;
allí se percibe el perfume, allí en círculos
gira la espuma desconcertada de los manantiales;
sirenas,
vientos mareados sobre sus cabellos, cantando.
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