He visto a los peces.
Y los peces tenían ojos como perros.
De perros casi hombres.
Los he visto ondular.
Coloreaban el agua.
Tenían algo de horas en sus lomos,
y algo de cuna.
Eran peces que se paseaban
por una gran ciudad adormecida.
Yo era todo de algas. Y de burbujas.
Y todo lo que pensaba subía
a una superficie difusa.
Había sangre de sol. Y de luna.
Colaboración del escritor y poeta Máximo Ballester
¡Gracias!
ResponderEliminar¡Gracias a vos por tu brillante aporte, Máximo!
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